viernes, 12 de abril de 2019

Doce de abril

Hoy en el trabajo he atendido a un hombre de L'Escala, en Girona. De seguida he començat a parlar amb ell en català. Li he explicat que el meu primer destí com a funcionari va ser a Girona, al carrer Santa Eugènia, prop de l'estació del tren. Que vivíem a Banyoles, on Maite era professora, i la platja que teníem més a prop, a través de la carretera d'Orriols, era la d'Empúries, abans dels Jocs Olímpics, molt a prop del seu poble. Li he explicat que el meu millor amic és de Sant Joan les fonts. Li he dit que estimo Catalunya, encara que no l'independentisme. Hem parlat una estona i al marxar m'ha donat la mà. Mentre s'anava he recordat els meus anys a Catalunya i he sentit una barreja de nostàlgia, por i inquietud. Y mucho amor.

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Hoy en el trabajo he atendido a un hombre de La Escala, en Gerona. En seguida he comenzado a hablar con él en catalán (siempre lo hago, aprovecho cualquier situación para no perder fluidez y practicar). Le he explicado que mi primer destino como funcionario fue en Gerona, en la calle Santa Eugenia, donde estaba entonces la Seguridad Social. Le he he contado que vivíamos en Bañolas, donde Maite era profesora en el instituto, y que la playa más cercana, a través de la carretera de Orriols, una carretera preciosa llena de curvas para mi Alfa Romeo de entonces, era la de Ampurias, la antigua ciudad primero griega y luego romana, antes de los juegos olímpicos y las pasarelas de madera, peatonalización de zonas, etc. La Escala está al lado de Ampurias. Le he contado que mi mejor amigo en el mundo es de Sant Joan les Fonts, y también que amo Cataluña pero no el independentismo. Hemos hablado un rato y al irse me ha dado la mano. Mientras se iba he recordado mis años en Cataluña y he sentido una mezcla de nostalgia, miedo e inquietud. Y mucho amor.

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