jueves, 10 de febrero de 2022

Cuarenta días

He leído que una abeja vive menos de cuarenta días, visita al menos mil flores y produce a lo largo de toda su vida casi una cucharada de miel. Casi. Es una información que me ha resultado interesante y a la vez muy sorprendente: cada cucharada de miel es un poco menos que el fruto de la vida entera de una abeja voladora sobre los campos entre los árboles y arbustos. Siento en mi interior que existe un desequilibrio en alguna parte: no sé si cuando vierto miel en mis tostadas para untar en el café con leche o, simplemente, en mi conciencia.

Hoy he comido un chuletón entreverado de grasa, una maravilla que he disfrutado como el carnívoro de mandíbulas manchadas de sangre que soy; un chuletón muy poco hecho. ¿Y entonces? La abeja no muere para que yo pueda disfrutar de su miel, pero el pedazo de vaca que me he comido pertenece a un animal muerto.

Convivo con todas estas cosas. La razón y el deseo. El conocimiento y la ignorancia. Lo que debería hacer y lo que quiero hacer. Lo que me gustaría ser y lo que soy.

3 comentarios:

Epolenep dijo...

Art is the stored honey of the human soul,
gathered on wings of misery and travail.

Theodore Dreiser

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M'explica el meu amic
que les abelles
viuen menys de quaranta dies,
i durant el seu temps de treball incansable
visiten unes mil flors.
El seu llegat en deixar el món
és gairebé una cullerada de mel
com la que jo, cada matí,
em poso a les farinetes.

Quanta mel he acumulat,
de moment, en els quaranta-vuit anys
del meu pas per la terra?
Cada segon és una flor
que visito amb més o menys consciència.
Cada vers que escric,
pena, meravella o joia concentrades.


Un petó, Jesús, i gràcies per ser-hi.

Jesús Miramón dijo...

No havia llegit mai aquets versos de Theodore Dreiser, peró són preciosos i molt afinats. L'art com la mel, ales de miséria i de treball. M'ha agradat molt, Sílvia, moltes gràcies, amiga meva. I, per no perdre el costum i perquè m'estimo fer-ho, traduiré el millor que pugui el teu poema preciós.

Me explica mi amigo
que la abejas
viven menos de cuarenta días,
y durante su tiempo de trabajo incansable
visitan unas mil flores.
Su legado al dejar el mundo
es poco más que una cucharada de miel
como la que yo, cada mañana,
me pongo en los cereales.

¿Cuánta miel he acumulado,
de momento, en los cuarenta y ocho años
de mi paso sobre la tierra?
Cada segundo es una flor
que visito con más o menos consciencia.
Cada verso que escribo,
pena, maravilla o alegría concentradas.

Un beso grande, y gracias a ti por estar y ser y poemas tan maravillosos.

Epolenep dijo...

¡Qué sensación curiosa, siempre, leer tu traducción! Spiegel im Spiegel <3