Connemara, Clifden, Kilcolgan, Cong, Castlebar, Mulranny, Louisburgh... Leo los nombres pasando el dedo sobre el mapa y siento un estremecimiento de emoción, hace mucho tiempo que sueño con este viaje. Resulta difícil elegir una casa, son todas tan bonitas, pero ya he seleccionado cinco o seis en los condados de Mayo y Galway, casi todas junto al mar. Este verano, si los viejos dioses celtas no lo impiden, viviremos durante dos semanas en Irlanda. Volveré a Innisfree, donde nunca estuve.
martes, 23 de marzo de 2010
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8 comentarios:
Hola Jesús,
es un viaje pendiente, creo yo que me quedaría enganchada en una gota de lluvia posada sobre la hierba.
Besos verdes
Un final realmente borgiano.
Si la salud me lo permite, visitaré Irlanda algún día. Ya me das un poco de envidia, y este verano seguro que muchísima.
Tiene razón NáN. Un final espléndido.
INNISFREE
Yo sé que hay un sitio,
yo sé que existe ese lugar,
lo he visto muchas veces,
he oído silbar el viento
entre los árboles.
Allí volveré y sembraré
con el justo escepticismo,
allí abriré las ventanas
y dejaré que el polvo
que la luz ilumina
se pose sobre mí;
allí sentiré llegar el tiempo
mientras nubes nuevas
oscurecen el campo.
Yo sé que existe ese lugar,
lo he soñado muchas noches,
podría decirte dónde está.
Iré allí y arreglaré el tejado,
golpearé el colchón,
sacudiré la alfombra,
lavaré el suelo y después
me sentaré en una silla a descansar
y oír cantar el río
que corre bajo el puente.
Nada desearé en este mundo,
nada vendrá a perturbarme,
me sentaré nada más
a descansar y olvidar
todo lo que soñé sin darme cuenta,
la luz del polvo
brillando y apagándose
sobre mis hombros,
aquellas nubes oscureciendo el campo,
una verbena bajo la lluvia,
el olor de la hierba mojada por la mañana.
Zaragoza, 1997.
Quienes me conocéis desde hace tiempo ya sabéis que Irlanda (Innisfree) es uno de mis amuletos más queridos. Soy, por absurdo que parezca, irlandés de vocación. Tengo una patria casual llamada España, a la que ciertamente no renuncio, y luego tres o cuatro patrias escogidas desde la infancia a través del cine, la literatura y la imaginación. Irlanda es una de éstas. Tenía miedo de sufrir un chasco al visitarla (al regresar sin haber estado nunca allí) pero mi hermano Carlos estuvo el año pasado y me dijo que Irlanda no me decepcionaría, y él me conoce bien. En fin, todavía faltan algunos meses, queremos ir en agosto huyendo de las temperaturas africanas de por aquí, pero os confieso que estoy absolutamente entusiasmado, con una ilusión bárbara e infantil.
Besos y abrazos.
¡Qué maravilla, Jesús! Y qué envidia yo también, que estoy deseando conocer Irlanda.
No podrías ir a un sitio mejor, tú, creo yo.
Las casas parecen preciosas, y del paisaje, qué decir...
Un abrazo.
Qué asquerosa envidia, e insana, de esa que genera urticaria...
Qué envidia, madre...
¡Pero yo no quería dar envidia! Además, vosotros, Filla y Porto, estáis mucho más cerca de Irlanda, en la otra orilla como quien dice, de hecho Galicia es un poco medio irlandesa*... Un abrazo.
*(Sobre todo viendo las fotografías que has dejado hoy en tu blog, Filla)
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