Detrás de mi casa hay un pequeño parque con columpios. Son las seis y media de la tarde y los niños gritan como si los guerreros de Herodes hubiesen entrado en la plaza blandiendo sus espadas. Los chillidos se reflejan en las fachadas de los edificios y se convierten en un eco que pervive durante unas milésimas de segundo.
viernes, 8 de octubre de 2010
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2 comentarios:
o miles de añs.
O miles de años o para siempre, tal vez para siempre, es verdad. Un abrazo.
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