Ayer vi un programa muy interesante sobre cómo influimos en los demás, algo que hacemos mucho más ampliamente de lo que pudiera parecer a primera vista, pues no solamente interactuamos con las personas con las que nos relacionamos directamente, sino también con los seres humanos que estas personas conocen, aunque aquellos ni siquiera sepan que existimos. De este modo si haberte conocido a ti ha afectado a mi vida en algún sentido, enseñándome, por poner un ejemplo, a tomarme las cosas con paciencia, tú habrás influido decisivamente en mis amigos y mis familiares, así como en las personas con las que ellos se relacionan. Contagiamos nuestros hábitos, nuestra actitud ante la vida, nuestra tristeza, nuestra alegría, somos contagiados por la de los demás y existen estudios científicos que demuestran que esto es algo que sucede también en internet. Lo que hacemos, lo que decimos, lo que escribimos, son pulsos en el agua, y las ondas que se crean llegan, cruzándose con las de los demás, mucho más lejos de lo que jamás pudimos imaginar.
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