Hoy ha llovido durante toda la mañana en Barbastro. El cielo gris como mis viejas camisetas de andar por casa acentuaba los colores de las casas, las calles, los semáforos y los coches rojos, azules, grises y negros aparcados en la acera. Me gustan los días lluviosos. He salido del trabajo sin paraguas y durante los escasos cinco minutos que he tardado en llegar a mi casa me he dejado mojar por la lluvia suave sobre mi cabeza, mis hombros, mis piernas. Sé que todo esto pasará, pero he disfrutado de cada paso mientras el cercano río Vero fluía calmadamente hacia el lejano mar.
martes, 8 de marzo de 2022
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3 comentarios:
Y ora vez gozo de las últimas palabras: "...el cercano río Vero fluía calmadamente hacia el lejano mar."
Sobre "el lejano mar" Aafke y yo hemos escrito algo en el capítulo introductorio de neustro libre sobre puertos y globalización, bajo el subtítulo 'La atracción del mar'.
Un abrazo
PD: Aafke toma cada mañana una ducha durante más de cinco minutos para obtener el mismo efecto que tú andando cinco minutos bajo la lluvia.
Un abrazo para ambos, Jan. Me alegra intuir que estáis bien.
Sí, estamos bien. Acabamos de regresar de un viaje de dos semanas a Cape Town (Ciudad del Cabo) en Sudáfrica, que la último ciudad portuaria que visitamos para nuestro libro sobre puertos y globalización, y ayer obtuve corona y después de haber dormido 17 horas enseguida me desperté esta mañana sintiéndome bien. Qué milagro... gracias a Omicron!
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