miércoles, 16 de marzo de 2022

Se aleja hacia el horizonte

Mañana me arrepentiré de irme tan tarde a la cama, lo sé. Aunque si cuando, tras escribir esto, me acuesto cerrando bien fuerte los puños, será como si durmiera el doble. Me lo dijeron hace muchos años, cuando era pequeño. Ignoro la base científica de algo semejante. Seguramente será mentira. Puedes dormirte apretando los puños pero, llegado el momento, los aflojarás como si murieses.

Hoy estaba, estoy, terriblemente cansado porque los martes atendemos a la gente también por la tarde y salgo reventado de la agencia comarcal. Pero es como cuando uno tiene tanto sueño que no puede dormir. A veces el cansancio excede el momento de descansar y se aleja hacia el horizonte, indemne, dejándote a ti hecho una mierda. Y con el sueño pasa lo mismo, y probablemente con más cosas en las que no hemos reparado nunca.

Voy a acostarme ahora y cerraré los ojos y, pase lo que pase, lo juro, no los abriré. Daré tiempo al tiempo. Dentro de una horas sonará el despertador. Daré tiempo al tiempo, digo, cuando es justamente al revés.

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