viernes, 4 de marzo de 2022

El tesoro

Ayer y hoy llovió un poco. No lo que necesita esta tierra de viñas y olivos y almendros donde no cae una gota desde hace meses, pero llovió un poco al menos.

Madrugamos, nos duchamos, vamos al trabajo, a comprar, llevamos a los niños al colegio, los vamos a recoger, todo eso: la vida normal. Normal. Ojalá nunca sepamos el tesoro que era.

2 comentarios:

Fackel dijo...

Cuántas veces he tenido este pensamiento a lo largo de mi vida. Mucha veces pensé en todo el desalojo criminal y fatídico de los nazis con los judíos. Más recientemente con otros conflictos que luego se olvidan: Irak, Siria, kurdos, bosnios antes, en África...en fin, y ahora en cercanía. No valoramos la normalidad, independientemente de aquello que no nos guste o no funciona como quisiésemos, pero normalidad sin grandes interrupciones. Ya la pandemia nos sacó un tanto del letargo de la normalidad: no somos eternos, nos vino a decir. Pero cuando una agresión exterior ejecutada por hombres acecha...eso ya clama a todos los cielos.

Jesús Miramón dijo...

Somos capaces de lo mejor, lo más sublime, lo más generoso, y también de lo más ruin y criminal, lo más terrible, lo más oscuro e indescriptible.