Hoy me siento tan cansado que creo que no esperaré a la medianoche para abandonar en el último momento del baile una de mi botas como un ceniciento cualquiera. Me acostaré temprano para lo que son mis (malas) costumbres e intentaré soñar con cosas bonitas: bosques, caballos, el mar, un río escoltado por fresnos y rosales silvestres. La primavera está a la vuelta de la esquina. Con la edad he aprendido a amarla.
miércoles, 2 de marzo de 2022
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