Toco la mesa: esto es el presente. Si diera un manotazo a mi vaso de whisky y lo tirara al suelo y se rompiera esparciendo su preciado líquido por el suelo salpicando la pared sucedería un pasado imposible de recomponer. Miro mi pobre guitarra olvidada, sus trastes, imagino los dedos de mi mano izquierda sobre su mástil y los de mi mano derecha haciendo vibrar sus cuerdas: eso es el futuro.
Ahora mismo escribo en mi portátil y, evidentemente, esto es el presente, aunque por un instante, durante el párrafo anterior, conseguí algo: presente, pasado y futuro fueron expresados en un tiempo coincidente. Éste es, entre miles, el inmenso poder de la literatura.
viernes, 26 de enero de 2018
El inmenso poder
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5 comentarios:
Curioso que justamente me estuviera planteando el papel que otorgamos al pensamiento como creador de la realidad. Sobre el peso y valor que damos a esos pensamientos creyéndolos poseedores de una verdad inmanente.Pasado, presente y futuro como conceptos pendientes de ser llenados con palabras que les otorguen sustancia y sentido.
No puedo sino rendirme ante tu maravillosa escritura, capaz de trasmitir tantísimo con tal elegancia. Una vez más, gracias Jesús.
Un abrazo
Jó, Fernando, ¿qué puedo decir más que gracias? Muchas gracias a ti.
Un abrazo.
Acabo de tocar la guitarra para ser fiel al texto que escribí ayer. He tocado durante unos cuarenta minutos. Tenía los dedos torpes por falta de ensayos. Entre otras canciones, he cantado "Te recuerdo, Amanda". Ha sido bonito volver a usar el instrumento que me acompaña desde que era un niño. También ha sido bonito cumplir con el futuro que vaticinaba ayer. El círculo se cierra y otros comienzan a engendrarse, todavía pequeños como óvulos de coral.
Es cierto, la literatura es el perfecto hilo conductor del pasado el presente y el futuro... Y, además, nos permite construir lo que no fuimos y salir indemnes de ello... ¿no es maravillosa?
Lo es, leída y escrita.
Un abrazo.
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