Como ser humano he aprendido que lo que nos aliena es nuestra necesidad y capacidad real y directa de tomar decisiones cada segundo, incluso en las peores circunstancias.
Nos aliena nuestra supuesta inteligencia, incapaz de comprender en toda su amplitud la realidad de lo que existe a nuestro alrededor y las consecuencias de nuestras decisiones en ella.
Escribir, como caminar o cocinar, es decidir lo que vas a redactar, la dirección que tomarás al salir de tu casa o los ingredientes que pondrás en la cazuela. Es fascinante y tenebroso al mismo tiempo.
Vivimos en la tensa cuerda que se extiende entre el milagro y el desastre más absoluto.
sábado, 13 de enero de 2018
Una cuerda tensa
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2 comentarios:
Me gusta esta reflexión, Jesús.
Un abrazo
Gracias, un abrazo.
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