Nos hemos despedido diciendo: "A ver si no dejamos pasar tanto tiempo", que es lo que nos decimos siempre cuando nos despedimos, sabiendo que pasará más tiempo del que nos gustaría.
Existe un problema logístico menor pero no sin importancia: él trabaja por la tarde y yo por la mañana.
En cualquier caso da igual: cuando nos reunimos, y últimamente es para caminar por el campo y hablar sin parar, es un gozo para mí porque normalmente no tengo con quien charlar de los temas que ambos compartimos, él como músico y fotógrafo y yo como, no sé, ¿poeta? Da igual. El hecho es que en ese aspecto digamos "artístico", aunque después de tantos años me haya acostumbrado, estoy muy solo, y José Luis me comprende tan bien como yo le comprendo a él, y tenemos las mismas dudas, las mismas preguntas, los mismos propósitos. Hablamos el mismo lenguaje. Cada vez que quedamos mi alma se desahoga y vuelvo a casa más limpio, menos solo, con muchas ideas más claras.
Aunque no sólo hablamos de escritura y fotografía, también lo hacemos de la actualidad política, de la Cataluña que nos duele a ambos, de nuestras familias, de nuestros hijos (a los suyos les dio clase Maite pareciera ahora hace miles de años). Nos ponemos al día como hacen los amigos, y, es verdad: ¿por qué demonios nos vemos tan poco viviendo tan cerca y haciéndonos tanto bien mutuamente? Ah, pero así es la vida. Lo mejor es que al cabo de dos segundos, qué digo: un segundo: qué digo: antes de que yo subiera a su coche, mientras me acercaba y veía a través del parabrisas su sonrisa, ya era como si nos hubiésemos visto ayer. ¿Existe algo más valioso en el mundo?
jueves, 11 de enero de 2018
Sobre lo más valioso del mundo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Es lo más.
Un beso a los dos
Creo que suscribo todas tus palabras. Hemos de quedar más a menudo, por la cuenta que nos trae. Es imperativo, creo que es la palabra adecuada.
Un abrazo
Un beso enorme, Elvira, una tarde con tiempo por delante te llamo, que nuestras conversaciones son largas y también muy fructíferas para mí.
Querido José Luis, fue un placer de nuevo pasear por el campo contigo y hablar, y compartir, y contemplar. Un abrazo y sí, es imperativo.
Encantada, Jesús, ya sabes que disfruto mucho de nuestras charlas!
Publicar un comentario