De vuelta a Barbastro resulta que se han estropeado la lavadora y el aire acondicionado. La primera no funciona (y sí, he mirado el filtro y estaba limpio), y el aire del aire acondicionado no sale lo frío que debería salir. En fin, habrá que llamar a los técnicos pertinentes y pagar lo que nos pidan, si es que no están de vacaciones (como yo, por otra parte, así que no les culpes por ello, gilipollas).
Me dice Maite: "No dejes que estas cosas te pongan de mal humor, lo arreglaremos y ya está". Y sé que tiene razón, así que dejo de darle vueltas al asunto de las averías y me doy cuenta de la suerte que tengo de vivir con alguien tan inteligente y serena, alguien que conoce qué cosas son verdaderamente importantes.
jueves, 15 de agosto de 2019
Quince de agosto
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