martes, 17 de diciembre de 2019

Diecisiete de diciembre

Estoy tan cansado que se me ha agotado la imaginación. Y hace falta imaginación, mucha imaginación, para dar testimonio coherente de la realidad y la verdad más cotidianas. Imaginación a raudales como el sueño se precipita a raudales hacia mí haciendo que los párpados pesen toneladas de plata fundida. Ojalá sueñe con caballos. Necesito soñar con caballos.

2 comentarios:

Fackel dijo...

Las galopadas llevan lejos
(Y de las caídas del caballo en los sueños se sale indemne)

Jesús Miramón dijo...

Menos lejos de lo que prometen las películas (los caballos también se cansan) pero pocas cosas me han gustado más a lo largo de mi vida que galopar sobre un caballo a través del campo. Me prometo a mí mismo que volveré a hacerlo.