Cuando retiren las luces de navidad, algo que sucederá en pocos días, todo seguirá exactamente igual que antes, igual que ahora. Es algo que me tranquiliza mucho.
Por otro lado: que la realidad se encargue de su tarea y me ponga un dedo suave o un puñetazo en la boca para desmentirme, ese es su trabajo. El mío, como simple ser humano que soy, es tratar de no perder jamás la esperanza.
lunes, 30 de diciembre de 2019
Treinta de diciembre
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4 comentarios:
No hay que perder la esperanza nunca Jesús, te queda un día para terminar tu singladura particular, esta vez casi en soledad, admiro tu fuerza de voluntad para escribir todos los días, bueno y para mas cosas...
Un besico muy fuerte y feliz año 2020.
Este año te he leido menos, bueno realmente he leido menos blogs en general, pero aun con mi relativa discrepancia contigo en temas políticos (cosa que siempre agradezco para buscar más argumentos) y mi admiración por tu escritura hacen que siempre vuelva por aqui.
Un abrazo y feliz año.
Tusitala... Cuánto tiempo hacía que no leía esa palabra. La esperanza siempre es lo más importante, es verdad. Un beso, hermanito, te quiero mucho.
Hola, CDLC, me alegro de verte por aquí. Los blogs viven tiempos difíciles a menos que a uno le importen un pimiento los tiempos, el éxito y todas esas cosas. Gracias y feliz año también para ti. Un abrazo.
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