No olvides nunca que el río que ahora mismo fluye frente a tu apartamento es todos los ríos, que la luna que esta noche ocultan las nubes oscuras es la misma que contempló Cleopatra desde los balcones de su palacio en Alejandría, que en la lluvia de esta mañana sobre Barbastro caían las lágrimas de tristeza y alegría de seres humanos desaparecidos hace cientos y miles de años. No olvides que tu esperanza es todas las esperanzas, tu luz una luciérnaga; que por tus venas corre sangre de virtud y de pecado, sangre de asesino y de víctima, de guerrero y campesino, de rey y de porquero. Recuérdalo.
viernes, 20 de diciembre de 2019
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2 comentarios:
¡Ay, si fuésemos capaces!
Un abrazo, Jesús.
Debemos intentarlo al menos, Fernando. No ser inconscientes todo el tiempo, sólo casi todo el tiempo.
Un abrazo.
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