jueves, 12 de diciembre de 2019

Doce de diciembre

A eso de las seis y media de la tarde, ya de noche, llovía. Me gusta el sonido de los limpiaparabrisas barriendo rítmicamente el agua, y me gustan también las luces de los semáforos, las de la decoración navideña y las de los otros coches reflejadas en el suelo mojado. Por eso después de mis recados he dado un paseo tranquilo por la ciudad con la radio apagada, sin más sonido que el de los limpiaparabrisas y mi propio silencio relajado. Los paseos en coche no tienen el reconocimiento que deben. Es mejor caminar, suele decirse. Yo digo: son experiencias distintas. Pasear en coche sin prisa, sin rumbo ni nada que hacer, sobre todo si llueve como esta tarde, es un bálsamo para mí, un espacio benéfico en el tiempo.

5 comentarios:

JLO dijo...

la caminata acompañado fomenta el dialogo, en le coche es un poco mas difícil porque hay que prestar atención y no molestar al que maneja. Eso si, con lluvia prefiero andar en auto je

Jesús Miramón dijo...

Los paseos en coche siempre los hago solo. Son algo parecido a un ejercicio de meditación. No muy ecológico, es cierto, pero los hago muy de vez en cuando. Un saludo.

Fackel dijo...

Son experiencias distintas, así es. Uso escasamente el vehículo, solo para recados. Únicamente y casi siempre ando, y solo si el tiempo es malo o hay una urgencia cojo el autobús, otra experiencia distinta y a veces engorrosa también. Pero dar una vuelta por la ciudad, barrios que no se frecuentan habitualmente, un domingo temprano proporciona una visión curiosa, apacible, descubridora. Nada que ver con el tráfago de cada día y a todas horas que se produce por nuestras calles.

giovanni dijo...

Tengo la misma experiencia y la misma opinión.

Un abrazo

Jesús Miramón dijo...

¡Jan, qué alegría verte por aquí! Un abrazo muy fuerte.