martes, 12 de noviembre de 2019

Doce de noviembre

Estoy tan cansado que no sé ni pensar. Sólo quiero dormir pero al mismo tiempo en el cielo brilla una luna llena brillante como pocas he visto. Qué misterio el juego de la vida de no querer perderse nada y al mismo tiempo necesitar descansar, permitir que el cerebro se limpie para iniciar un nuevo día.

A veces me siento viviendo en un sueño ni siquiera mío, el sueño de alguien, de otra persona. Sé cómo suena, lo sé, tal vez estoy loco. Pero a veces me abordan ideas así.

Aunque sé cuál es mi objetivo en este planeta: la belleza, la belleza en cualquier sitio: en ruinas, en basura, en el pasado y en el futuro, en la música, en la poesía, en las relaciones sociales, en los paseos junto al canal de los fines de semana, en mi trabajo maravilloso, en todo lugar y situación. Creo que mi ADN me empuja a buscarla y articularla, darle voz y sentido, convertirla en algo que brille y se apague en la oscuridad, como así ha de ser.

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