Sábado de recados. He ido a comprar a tres supermercados distintos, además de la panadería y la farmacia. Y antes de esos recados he cumplido disciplinadamente con mi sesión terapéutica de rayos UVA, diez minutos un día sí y otro no. De por medio he pillado capazos con varias personas, alguno de considerable duración. El cielo estaba nublado, casi turbio, y desde el actual Alcampo de la carretera, antes Sabeco, no se veían las montañas nevadas, sólo los edificios de la ciudad y la torre de la Catedral emergiendo en el centro. Como otras veces, he sentido con fuerza lo profundamente extraño que era estar allí de pie junto a la vieja Picasso observando mi pequeño mundo. Qué misterio es este.
sábado, 30 de noviembre de 2019
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